Dos lanzas se extienden,
Y ella cierra otra vez los ojos.
-¿Que causa tu malestar? ...
No comprendo
Es que te estás destrozado,
Es que te estás disipando.
Ella ya no habla.
Se deshacen sus palabras.
Pero cuando se acercan no para de sonreír,
Sus manos tibias.
Su corazón anhelante.
Y ella tan fría, siempre sonríe para ti.
Y ella cierra otra vez los ojos.
-¿Que causa tu malestar? ...
No comprendo
Es que te estás destrozado,
Es que te estás disipando.
Ella ya no habla.
Se deshacen sus palabras.
Pero cuando se acercan no para de sonreír,
Sus manos tibias.
Su corazón anhelante.
Y ella tan fría, siempre sonríe para ti.
