domingo, 15 de noviembre de 2009


Su génesis la complacencia


se entretenía con la libertad

de caminar hacia la carencia

por un beso incierto

y esa risa de tonto

No hay espacio para el amor,

la afición es lo que inunda.



con la fluente sobre la cabeza

se sumerge entre sus viseras 

que gritan insatisfacción


La vida pasó pronto
y pasó del silencio a lo venéreo,
inevitable intervención
que ulceraron la seducción
se nubló la franqueza
y retornó la cobardia