Su génesis la complacencia
se entretenía con la libertad
de caminar hacia la carencia
por un beso incierto
y esa risa de tonto
No hay espacio para el amor,
la afición es lo que inunda.
con la fluente sobre la cabeza
se sumerge entre sus viseras
que gritan insatisfacción
La vida pasó pronto
y pasó del silencio a lo venéreo,
inevitable intervención
que ulceraron la seducción
se nubló la franqueza
y retornó la cobardia